Diseñando el Halfadesk Escritorio Plegable
Entrevista al diseñador Juan Pablo Quintero
Simple, mínimo, flexible y adaptable son adjetivos que describen este escritorio para trabajar en casa creado entre 2020 y 2021 en pleno impasse pandémico.
Halfadesk es un diseño del director de Medio Design, Juan Pablo Quintero, como respuesta a un problema: trabajar súbitamente desde casa. Aprovechar cualquier espacio disponible de la vivienda, por pequeño que sea y convertirlo en un rincón de trabajo único y acogedor. Cuando hablamos de problemas es ahí donde Juan Pablo se desenvuelve mejor.
En esta entrevista, el diseñador nos responde a 3 preguntas en las que nos habla de los desafíos del proceso de diseño y de la búsqueda del equilibrio hasta lograr que el mueble funcionara tal como lo había imaginado.
P1: ¿Nos explicas el proceso que te llevó a diseñar un escritorio plegable?
La verdad es que cuando la gente empezó a trabajar desde casa no pude evitar pensar en lo complicado que podía ser para muchas personas adaptar el mobiliario existente a la nueva situación de emergencia, sobre todo en pisos “justos de tamaño”. Lo viví personalmente. En casa simplemente había la mesa del comedor. Punto. Enseguida empecé a darle vueltas a la cabeza y visualicé los largos pasillos que tienen muchas viviendas aquí en Barcelona. Siempre me parecieron espacios desaprovechados, así que las primeras ideas nacieron de la reflexión sobre los espacios residuales en los interiores de las casas.
Una cosa me llevó a la otra. Un escritorio estandard no tenía cabida como solución. En cuanto al proceso de diseño no fue lineal. Vas y vienes. Tienes una idea, tienes una intuición, haces un croquis, lo compruebas, vas atrás y lo vuelves a comprobar. Hice 6 prototipos hasta definir el diseño final.
Hay que juntar muchos aspectos en un proceso en el que todo está en el mismo plano: tiene que ser funcional, ergonómico, que el despiece sea razonable, la cantidad de material, todo a la vez. Todos estos aspectos se van encontrando en un punto. Lo vas rodeando hasta que llegas a una solución que satisface tu idea inicial.
P2: ¿Qué fue lo que más te costó resolver?
Había un problema con los tornillos. Desde el principio quise que el mueble fuera transparente en el sentido de que no ocultara cómo está hecho. Esa honestidad constructiva es un principio en el que creo y si te fijas recorre todos mis diseños.
En este caso del escritorio, el detalle del pivote fue muy complicado porque se desatornillaba. No quería que este nodo fuese muy expresivo sino como un tornillo más. Me tocó desarrollar una solución inédita para mí. Hice varios nodos y probé distintas soluciones “tuneando” tornillos y herrajes que tenía por el taller. El problema es que cundo aprietas un tornillo a la tercera que mueves la pieza, está suelto. Y si aprietas mucho, no pivota.
Se trataba de encontrar el punto exacto de movilidad que buscaba en esta pieza que se abre y se cierra del escritorio que es la clave del mueble. Encontré la manera de graduarlo y de que en apariencia fuera como un tornillo más. No puedo revelar la solución poque me lo guardo como secreto industrial (risas).
P3: ¿Cuándo lo diste por terminado?
Cuando encontré el equilibrio entre los requerimientos técnicos, funcionales, estéticos…dices: bueno, ya lo tengo. Es como una especie de ¡Eureka! De todas maneras, un diseño nunca está cerrado. Es como el diseño de una bicicleta que tiene 200 años evolucionando.
Todo se puede mejorar, pero llega un momento en que tienes que acabar. Y ese momento es cuando cumple mis expectativas.
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